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Del cuerpo y la interactividad, en la performance "Ytero"

  • Andréa Herrera
  • 7 dic 2016
  • 5 Min. de lectura

Resumen: Se hace un breve recorrido por la concepción del cuerpo, desde su carácter divino, hasta unos de los hechos que parece importante para despojarlo de la asociación con el alma: la disección. A partir de ella, el cuerpo se volvió objeto de estudio y con el surgimiento de nuevas tecnologías, continuamente se ve modificado el concepto de cuerpo. El arte performático también observa al cuerpo y lo vuelve soporte para la pieza artística, las tecnologías interactivas posibilitan la relación del cuerpo con espectador. La pieza de performance “Ytero” es un ejemplo de esta relación de cuerpo-interactividad, en la que el artista y el espectador se relacionan, mediados por la tecnología.





La imagen que tenemos sobre el cuerpo se ha visto ampliada por el surgimiento de nuevas tecnologías que ponen al cuerpo como territorio de creación, de apropiación y reapropiación. Ya no podemos pensarlo como algo fijo, sino como un sistema que se ve intervenido por la acción humana y el conocimiento especializado.

La primera concepción del cuerpo humano proviene del modelo griego donde el cuerpo es el vehículo del alma. El cuerpo era la fuente de la tentación, de dolor, territorio de placer, de la perdición y las enfermedades. El cuerpo estaba más cerca del mal, del infierno, y era el alma lo realmente importante, lo cercano a Dios y aquello que tenía que ser salvado. Esa importancia hacia la divinidad impedía los avances en los estudios del cuerpo humano, porque no se permitía observarlo. La iglesia desprestigió el saber anatómico y sus estudios se basaron en lo que la iglesia permitía.

Surgieron muchos anatomistas que intencional o accidentalmente observaron el interior del cuerpo humano. Fue el cirujano y anatomista Belga Andrés Vesalio, quien en 1540 miró el interior del cuerpo humano en una disección pública. Este radical cambio despojó de todo rasgo espiritual al cuerpo y propició que paulatinamente la idea de cuerpo como unidad, se fragmentara y los órganos adquirieran autonomía, exigiendo atención especializada.

Este acontecimiento fue un estímulo para seguir con la investigación anatómica del cuerpo, convirtiéndolo en objeto de conocimiento. Los médicos comenzaron a ver el cuerpo como territorio de la enfermedad, del deterioro y la vulnerabilidad, por lo que su labor consiste en mejorarlo y re-inventarlo.

Gracias a la posibilidad de modificar e intervenir el cuerpo físico por parte de la tecnología se han generado nuevas concepciones asociadas al cuerpo. Así como en su momento, la disección permitió observar el cuerpo de diferente manera y quitarle su carácter divino. Cada suceso histórico en torno a él y los aparatos que se utilizan para su estudio, modifican la forma en que lo comprendemos. Las nuevas tecnologías modifican constantemente la idea de cuerpo, al estar continuamente reinventándose.

Atravesamos una era en la que el cuerpo se modifica, gracias a los constantes avances médicos, que incluyen prótesis, impresión de órganos 3D, clonación, uso de material genético, entre muchos otros. El arte lejos de permanecer ajeno a estos cambios, acompaña los fenómenos médicos que cambian el sentido del cuerpo a lo largo de la historia. El cuerpo pasa de ser sólo objeto de representación a constituirse como herramienta, soporte y material de las prácticas artísticas. Se produce entonces lo que podríamos considerar un cambio en el reconocimiento del cuerpo, no solo en ámbitos sociales, tecnológicos, médicos, sino también en el arte.

El performance surge como reflejo de una nueva conciencia sobre el cuerpo en donde la inmediatez y la improvisación adquieren significados. El cuerpo pasa a ser pensado como objeto, como unidad de medida, productor de materiales artísticos, de escultura viva, lugar de exhibición, de maltrato, de transfiguraciones, de muerte y actualmente un cuerpo tecnologizado y mediado por la tecnología. Así, el cuerpo del artista es el nuevo escenario donde se lleva a cabo el proceso artístico para cuestionar el lugar que ocupa en conjunto con los avances técnicos.

El uso de tecnologías interactivas, en relación con la práctica artística, pretende que el cuerpo sea usado como se requiere, corrigiéndolo para volverlo útil para la producción, demostrando eficazmente la tesis foucaltiana del cuerpo como producto de la acción de poder. Los artistas del performance toman ese estado de poder para usar y aprovechar los cuerpos tanto propios como de otros, llámese espectador o colaborador para evidenciar el poder que tenemos como sujetos y demostrar que estamos haciendo uso de todo tipo de tecnologías para ejercer ese poder.

La pieza performática “Ytero”, recientemente presentada en el Encuentro Nacional de Performance, celebrado en Pachuca Hidalgo, es una pieza diseñada a partir de la reflexión sobre los mecanismos de control sobre el cuerpo y el poder que tienen los sujetos para determinar la vida.

En ella se pretende crear al útero con una bolsa de plástico transparente cerrada al vacío. Al interior de la bolsa se encuentra un cuerpo femenino en posición fetal: una mujer desnuda sensible a los estímulos externos. La bolsa se encuentra conectada a dos aspiradoras que son las proveedoras de aire, al exterior de la bolsa se encuentra el espectador que rodea la pieza. El espectador está relacionado con la pieza en función de un mecanismo electrónico y sensores que detectan el movimiento, él es el sujeto que acciona este mecanismo, ya que al acercarse, la aspiradora quita el aire y al alejarse lo devuelve a la bolsa. Los que observan la pieza, son advertidos del poder que tiene su cuerpo para decidir sobre la vida del otro.

La relación diseñada para la pieza parte de una estética relacional basada en la reflexión sobre los mecanismos de control al cuerpo y el poder que tiene la gente - metáfora de lo social- no sólo para determinar a un cuerpo sino para decidir sobre la vida. La pieza busca ese acto de interacción de cuerpos, de percepción con el espectador, el cual se hace evidente gracias al uso de herramientas de código abierto, que años atrás no se hubiera pesando para la ejecución de piezas artísticas.

Ytero es un experimento de mi cuerpo: como presa del mundo, con la creencia de que ejerzo poder sobre mi corporeidad cuando en realidad mi cuerpo percibe al otro y en la relación con los otros se crean mis relaciones con el mundo.

Esta pieza performática demuestra cómo el uso de las tecnologías interactivas en el arte, permiten observar una nueva relación entre el público y el artista. Provoca el interés para hablar del poder que surge de los aparatos tecnológicos y cómo amplía las posibilidades de representación, la inserción de tecnologías dentro del performance. Estos avances están cambiando la forma de pensar y construir el cuerpo, a su vez el arte performático se ve obligado a cambiar sus procesos tanto de construcción teórica como de resolución técnica.

Este ensayo invita a reflexionar el quehacer de la tecnología en función de su poder para modificar el concepto de cuerpo y cómo el uso de las mismas influye para la producción artística del performance. Lejos de arrojar respuestas, lanza más preguntas: ¿Cómo la tecnología ha modificado nuestra relación con el cuerpo? ¿Cómo las tecnologías interactivas han influido para cambiar los procesos de construcción de una pieza performatica? ¿Qué otras tecnologías podemos incluir?


Autor

Andrea Herrera Díaz Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) Licenciatura en Arte Digital aandiiqka@hotmail.con Facebook: Aandii Qka Instagram: Freneesi

“Ytero” Andrea Herrera, 30 de Abril del 2016, Encuentro Nacional de Performance (ENAPE) Pachuca, Hidalgo.

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